Año nuevo, vida nueva

Cuando lo que parecía un entretenimiento se convierte en un peso que tienes que llevar a cuestas, ¿qué haces? ¿Decides continuar u optas por abandonarlo? Eso es lo que me ha pasado a mí en cierto sentido. Estos últimos meses he necesitado desconectar, dejar de dedicarle tiempo a mi afición y, con ello, a lo que tal vez pensaba que me hacía feliz. No sabéis cuánto de necesaria es una época de tranquilidad y el bien que le podría hacer a otras muchas personas.

Este periodo de descanso —que al final no lo es tanto si tienes los estudios de por medio— ha servido también para conocerme un poquito más a mí mismo. Saber las cosas que quiero y las que no quiero en mi vida, aquellas que me aportan y las que no lo hacen. Y, entre muchas reflexiones, uno termina cuestionándose si de verdad esto merece la pena, si de verdad agobiarse por publicar un artículo es parte de lo que en un principio consideraba «pasión».

Empecé este blog con el único objetivo de comentar lo que leo, de tener un espacio en el que poder disfrutar con otras personas de algo que amo: la literatura. Publicaba artículos cada un tiempo, el cual fue disminuyendo con el paso de los meses, y sentía que eso era lo que realmente me hacía estar contento. Las colaboraciones con editoriales tampoco tardaron en aparecer, algo que iba a, sin yo esperarlo, profesionalizar un poco más lo que hasta ahora se había convertido en un sencillo hobby. Y desde entonces, yo mismo he sido consciente de que lo que hacía era cada vez más importante, que tal vez lo que comencé como una simple afición ahora estaba pasando a ser un trabajo. Cuando alguien lee tu contenido, cuando alguien lo disfruta, llega un momento en el que te ves obligado a seguir olvidando si realmente tú deseas hacerlo. Olvidando quién eres y el porqué estabas aquí en un principio.

Y no, por supuesto que los libros no tienen la culpa de que esto haya ocurrido, pues la literatura sigue siendo igual de importante para mí que hace un año, o incluso más; sin embargo, a veces tendríamos que tener más en cuenta que obsesionarse con algo lo único que hace es arrebatarte la felicidad. Una pérdida que yo he experimentado en el agobio que me producía tener que publicar, por ejemplo, cuatro entradas en un mes, ya que ha sido algo que ni yo mismo he podido cumplir ni tampoco soportar. Creer que os debía más y más a medida que las visitas subían, olvidando pensar en mí. Y descansar, darme cuenta de lo mucho que necesito esta pasión en mi vida pero llevándola con la tranquilidad que mi mente pida, es algo que me ha venido genial para seguir adelante. Porque este es mi rincón, mi espacio, y porque sinceramente es lo que yo quiero.

No obstante, tengo bastantes cosas preparadas para este 2019, que espero que las disfrutéis tanto como me gustaría. Entre ellas está la gran actividad de mi cuenta de Twitter, que iré actualizando poco a poco con contenido literario, revelaciones de portada, últimos lanzamientos, etc. Y sí, más sorpresas que iré mostrando a lo largo del año. Mientras que todo eso llega, nos seguiremos viendo entre letras —ya sabéis, rastreándolas—. ¡Feliz Año Nuevo! ¡Y mil gracias por seguir siempre al otro lado!

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